Tales of Fake

Siento la necesidad de decir algo más,

sólo para equilibrar las últimas dos entradas.

Lástima que no tengo nada mas para decir.

Hoy no hace frío, ¡qué lindo!

(?)

Bueno, ya está; algo dije.

Sin embargo, siento que no es suficiente.

Pasó a contarles -quien sea que sean ustedes- qué veo.

(Además de obscuridad por todos lados

-porque es tarde, porque tengo la luz apagada,

y porque yo estaba durmiendo-)

Veo las luces (ya se apagaron, ¡que desgraciadas!) de mi estufa eléctrica.

Veo la pantalla (duh) y me divierto viendo cómo,

a medida que escribo cada letra,

las palabras se desplazan hacia la izquierda.

Veo mi estantería al lado de mi cama,

aunque no puedo distinguir ningún libro o película en particular.

Veo montones (y cuando digo "montones",

me refiero a cantidades masivas, industriales)

de pilas de ropa esparcidos al rededor de mi cama y sobre el cajón abierto de mi comoda.

Ahí hago un stop.

Tecnicamente no es mi comoda.

Me la dejaron cuando mi hermano y mi cuñada se fueron a España,

pero nunca la sentí mía.

Ahora que lo pienso, no hay muchas cosas que sienta "mías".

Las enlisto:

Mi notebook (my precious), mi cámara de fotos,

y hasta ahí llegamos.

Ahí está. Creo que es suficiente.

Esta entrada es un maravilloso ejemplo de un vómito insignificante de palabras.

(Sí, dije "vomito")

Dejo las cuestiones de reglas ortográficas dentro de los paréntesis para otra noche.

Me retiro diciendo simplemente: buenas noches.