28.8.10

Dormir no es fácil cuando tenés un millon de cosas en la cabeza. No sé cómo llamarlas y tampoco sé si quiero identificarlas. Estoy bien no entendiendo por ahora. Me pasa lo mismo con los sueños. Anoche, las pocas veces que pude cerrar los ojos y soñar, me encontré con miles y miles de billones de cosas inesperadas. Ayer definitivamente fue Viernes, un Viernes lleno de impulsos, cosas random y risas (me alegro de todas ellas). Me lanzaría a decir que hoy también es Viernes, pero hoy no lo es. Por más lindo que sean los Viernes que he vivido esta semana, hoy es Sábado. Porque me gustan los Sábados y tienen un sabor especial, le dejo el nombre.

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