10.2.10

Te veo y siento que muero. Veo lo que sos, en lo que te convertiste, y siento que no te conozco más. ¿Cómo llegaste a eso? ¿Cuándo te rendiste? Siento que te pierdo, que estoy lejos y mis piernas de repente empiezan a temblar. Quiero sacudirte y sacarte de ese estado constante de inconsciencia en el que estás. Veo como pasas cada día sin que nada te importe, y no entiendo. No entiendo cómo pudiste haber perdido tus convicciones de tal manera, no entiendo cómo la persona que yo conocía y amaba se perdió tan rápido. Hay muchas cosas en esta vida que no entiendo: la manera en que pasa el tiempo, pasándole por encima a la gente, es una de ellas. Juro que intento pero no logro comprender cómo puede ser que un amor tan profundo se convierta en un odio extremo como el que siento cada vez que te recuerdo. Mi estomago se retuerce al pronunciar tu nombre, el simple pensamiento de tu imagen me repugna. Te odio, te odio y mil veces más te odio. Aún así, más odio al tiempo que te cambió…o me cambió.
Siento que te perdí, y me duele, pero a veces siento que me saqué un peso de encima. Dejé atrás a una persona que me lastimaba, que me arrastraba día tras días y que lentamente me quitaba mi posibilidad de elegir lo que yo quería. Estaba ciega y, lamentablemente, hoy debo admitir que lo estuve durante mucho tiempo. Años al lado tuyo, lastimándome, lastimándote. Y esto lo digo ahora; años atrás, te hubiese dicho que estabas loca si me decías que hoy te iba a estar negando.
A veces duele, lo sé. Todavía me acuerdo de vos con una sonrisa amarga y dulce a la vez. Pienso en las risas, los buenos momentos, las salidas y los pensamientos delirantes a las dos de la mañana y considero que capaz no todo fue tan malo como hoy lo siento. Después me acuerdo de lo malo, del dolor, del daño que causaste en mí y en otros, y me alegro. Me alegro de haberte dejado atrás, de estar peleando día a día por olvidarte, por estar ganando la batalla constante. Me alegro de estar feliz, de la gente que me rodea en mi vida, de haber mejorado, de haberle ganado a los obstáculos.
Te gané, me gané, y eso es algo que no muchos pueden decir. Y ahora puedo decir con una gran sonrisa de oreja a oreja que estoy bien y en un buen lugar en la vida. Tres años, casi cuatro… ¿Qué tanta gente puede decir que ganó contra malos hábitos? ¿Qué tanta gente puede decir que le ganó a su conciencia?

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces siento que tenemos tantas cosas en común, incluso experiencias como esta, aunque no sé exactamente de qué o quién estés hablando me siento increíblemente identificada... Y son esos momentos los que me hacen pensar, qué lástima que ya no vamos a compartir las clases de Liza, las canciones raras que alguna vez nos hicimos escuchar, o los recreos riéndonos de las boludeces que decían ciertas personas... Porque me conozco y sé que por más que me encantaría, va a ser difícil encontrarnos. Así que aprovecho para dejarte parte de unas lyrics que siempre me gustaron mucho... si querés escuchar la canción se llama For Good y es del musical Wicked.
"I've heard it said
That people come into our lives for a reason
Bringing something we must learn
And we are led to those who help us most to grow
If we let them, and we help them in return"
:)