9.8.10

Todo empieza con un cerrar los ojos. Los cierro y pienso. Pienso en mí, pienso en vos. Pienso en lo irónico que es saber que en algun momento esas dos personas fueron parte de un "nosotros". Me cuestiono si te extraño. Me pregunto si estás bien. Y llego a un punto en el que hasta dudo si yo estoy bien sin vos a mi lado.

Aún cuando cierro los ojos y no pienso, cuando me rindo ante la no-realidad y los sueños, pienso en eso. Estás ahí y ahí estoy yo. Y, magicamente, ya no dudo.
Me acuerdo de por qué lo hice. De repente sé por qué cambié. En un abrir y cerrar de ojos -literalmente- me doy cuenta de que todo era necesario.

Los dos lo buscábamos. Por más que te encierres en tus pensamientos y te quieras convencer de que ésto es lo último que querías, vos también lo buscaste. Lo buscabas con miradas y con palabras. Lo buscabas al evitarlas. Y así, eventualmente, lo logramos.
Es inútil culpar al tiempo, ya que él no es el culpable de ningúno de nuestros males. Se necesitan dos para bailar el tango, y la pareja éramos sólo vos y yo. Es más, a tu lado, el tiempo nunca existió. Con un abrazo o una palabra, todo al rededor se detenía o se perdía. Nada importaba más que tus ojos y cómo me mirabas. Hasta que de repente nada de eso importó.

El tiempo no tiene la culpa. Tampoco vos. Tampoco yo. La vida es dulcemente violenta a veces -robo palabras usadas por alguien que no soy yo- y hay que aceptarla.
Lo nuestro fue hermoso mientras duró, y no podemos negar que duró. Sin importar cuánto quiera lo contrario, siempre vas a tener un lugar en mi vida y en mi corazón. Vivimos una gran historia, digna de una novela o una película de amor. Pero lamentablemente, ambas terminan...como pasó con nuestro amor.

Y aunque ya no sé a quién le dedico esto que escribo -capaz es a vos, capaz es a mí-, me atrevo a escribirlo. Porque nada me duele más que las palabras no dichas que mueren de ganas de salir. Asi que, con actitud parcialmente ilusa y hasta ignorante, lo digo y lo escribo. Y si el día de mañana lo vuelvo a sentir, juro por Dios -o por alguien- que lo repito.

2 comentarios:

Flash dijo...

hice un duro intento con las tildes, pero se que no es lo mio...

pagliaccio dijo...

Por eso no quiero cerrar los ojos, es inevitable pensar.

Igual me contagiaste de valentía, demasiada paz, es hora de adrenalina jaja.

Muy lindo lo que escribiste, en especial el último párrafo (aplausos).

:)